No sólo fue el Papa que ganó el
corazón de los católicos y de otras religiones. Sin duda, Juan Pablo II contaba
con un fuerte liderazgo e influencia dentro y fuera de la Iglesia Católica. Fue
un líder doctrinario que marcó la historia.
Defensor de la doctrina católica,
pero no al extremo, supo entender el momento por el que atravesaba la religión
y supo actuar en consecuencia. Tomó decisiones importantes que fortalecieron la
pertinencia doctrinal.
Juan Pablo II fue un acérrimo
defensor de la paz dentro y fuera de la Iglesia. Un político con una profunda calidad
moral, al que pocos podían decirle que no. Su fuerte personalidad e influencia
fueron importantes en la caída del muro de Berlín.
El Papa viajero como también se le
llamaba, visitaba países no sólo para hablar de la doctrina católica, buscaba
la unidad entre las diferentes religiones y entre los distintos países. Para él
la unidad era necesaria para mantener la paz entre los hombres. Independiente de
la pertenencia doctrinal de cada religión o partido político, para Juan Pablo
II siempre había algo que unía a todos; el amor y el respeto al prójimo.
A pesar de sus problemas médicos,
siempre fue un Papa que predicó con el ejemplo la doctrina de la Iglesia
Católica; incluso, en un acto de humildad, pidió perdón por los errores de la
institución más antigua de la historia. Acto que atribuyó a la pertinencia
doctrinal de muchos católicos.
La Jornada del Perdón, por muchos
criticada, incluso por católicos, fue la oportunidad perfecta para la reconciliación
de la Iglesia Católica con muchos que habían perdido la Fe. Juan Pablo II con
su carisma y humildad, vino a hacer la diferencia y a consolidar la pertinencia
doctrinal de los creyentes.
El objetivo central de su
pontificado fue hacer llegar a toda la Iglesia el rico patrimonio doctrinal del
Concilio Vaticano.
Un hombre que sufrió dolores
familiares terribles; un humilde servidor de la Iglesia Católica; defensor
incansable de la doctrina; un mensajero de paz; un político con mucha
influencia y el más grande líder del Vaticano… así fue Juan Pablo II.
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