jueves, 8 de mayo de 2014

Juan Pablo II y su aportación a la doctrina de la Iglesia Católica





No sólo fue el Papa que ganó el corazón de los católicos y de otras religiones. Sin duda, Juan Pablo II contaba con un fuerte liderazgo e influencia dentro y fuera de la Iglesia Católica. Fue un líder doctrinario que marcó la historia.

Defensor de la doctrina católica, pero no al extremo, supo entender el momento por el que atravesaba la religión y supo actuar en consecuencia. Tomó decisiones importantes que fortalecieron la pertinencia doctrinal.  

Juan Pablo II fue un acérrimo defensor de la paz dentro y fuera de la Iglesia. Un político con una profunda calidad moral, al que pocos podían decirle que no. Su fuerte personalidad e influencia fueron importantes en la caída del muro de Berlín.

El Papa viajero como también se le llamaba, visitaba países no sólo para hablar de la doctrina católica, buscaba la unidad entre las diferentes religiones y entre los distintos países. Para él la unidad era necesaria para mantener la paz entre los hombres. Independiente de la pertenencia doctrinal de cada religión o partido político, para Juan Pablo II siempre había algo que unía a todos; el amor y el respeto al prójimo.

A pesar de sus problemas médicos, siempre fue un Papa que predicó con el ejemplo la doctrina de la Iglesia Católica; incluso, en un acto de humildad, pidió perdón por los errores de la institución más antigua de la historia. Acto que atribuyó a la pertinencia doctrinal de muchos católicos.

La Jornada del Perdón, por muchos criticada, incluso por católicos, fue la oportunidad perfecta para la reconciliación de la Iglesia Católica con muchos que habían perdido la Fe. Juan Pablo II con su carisma y humildad, vino a hacer la diferencia y a consolidar la pertinencia doctrinal de los creyentes.
El objetivo central de su pontificado fue hacer llegar a toda la Iglesia el rico patrimonio doctrinal del Concilio Vaticano.

Un hombre que sufrió dolores familiares terribles; un humilde servidor de la Iglesia Católica; defensor incansable de la doctrina; un mensajero de paz; un político con mucha influencia y el más grande líder del Vaticano… así fue Juan Pablo II.


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